El otro día, estaba haciendo una investigación sobre las
armas atómicas en la II Guerra Mundial para un trabajo del colegio, cuando observé
la gran aportación que las mujeres dieron al campo de la física y la química nuclear.
Hubo una que me llamó la atención, su nombre es Lise Meitner. El principal
hecho que provocó mi admiración hacia esta persona, fue que ella, siendo sensación del momento y
una de las mejores científicas a nivel mundial, fue invitada a uno de los
proyectos más importantes de la época. En este proyecto, se reunieron los científicos
más importantes, con el propósito de aprovechar a fisión nuclear para crear un arma que destruyera al bando
contrario, el conocido como proyecto Manhattan.
Lise, en ese momento, había huido de su país ilegalmente vivía
en una vida miserable debido a su condición de mujer, y apenas se le concedían recursos para seguir sus
investigaciones. Además de todo esto, su excompañero Otto Hanh, estaba atribuyéndose
todos los méritos del trabajo que ambos habían logrado. En resumen estaba teniendo
una vida imposible. Entonces, recibió la invitación de unirse al proyecto
Manhattan, lo que suponía dejar atrás su vida miserable, viajar a Estados Unidos,
conseguir papeles (puesto que el gobierno nazi se los había quitado) y tener
las condiciones que merecía, y por encima de todo esto su respuesta fue: no
quiero tener nada que ver con ningún arma nuclear. De este modo se convirtió en
el único científico (científica en este caso) que rechazo la invitación para
unirse al proyecto. En la siguiente entrada veremos su biografia.
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